En el peor momento de su vida, cuando la depresión se lo ha arrebatado todo, una mujer de mediana edad se ve atrapada en una situación que le obliga a cuidar de su abuelo, un anciano ausente desde hace años que para ella es poco más que un extraño, hasta que un inesperado hallazgo revela la verdadera historia. El legado de unos antepasados cuyas vidas repletas de desafíos le enseñan que hasta en los momentos más difíciles siempre hay esperanza.
Un homenaje a la gente corriente, a esa gente de campo que sabía lo que era el olor a tierra mojada. Una historia que te traslada a rodillas sucias que jugaban con palos y muñecas de cartón. A manos llenas de sabañones que pese al frío del riachuelo alegraban las fuentes con sus canturreos. A noches de tormenta donde madres abnegadas resguardaban a sus frágiles rorros en canastas de mimbre. A jornaleros que labraban la tierra de sol a sol a cambio de un coscurro de pan. A los inicios del cine mudo y la llegada del primer gramófono a la taberna del pueblo. A una vida de mujeres calladas que empezaban a alzar la voz. A revueltas, hambre e ideales que rompieron España en dos. Y a una Andalucía de principios del siglo XX, perdida entre olivares y dehesas, en la que vivió una familia nada peculiar para la época.
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